En el mundo de Los siete reinos, perteneciente a la serie de libros de George R.R. Martin Canción de hielo y fuego, además de encontrarnos con tiempos de guerra e ideas tremendas que cuestan muchísimas vidas, también nos topamos con una interesante serie de “leyendas” sobre la magia y criaturas difíciles de creer.
Además de esas historias tan antiguas como su territorio que todo el mundo las niega para su presente, hay algo que, se dice, vive al norte del Muro de hielo.
Y nos referimos a los Otros, nombrados casi a la ligera por los personajes de la historia, porque ellos mismo creen que son una leyenda, pero si algo caracteriza increíblemente a esta historia épica recientemente convertida en serie de televisión, es que su mundo está mucho más cerca de la posibilidad mágica que el nuestro.
Tal vez por esa antigüedad y misticismo mostrada en la historia de los Siete reinos y las pruebas claras que surgen en la historia, como la brujería y presencia de criaturas de fantasía como los dragones.
Pero los Otros son algo diferente. No hablaremos aquí más allá del primer libro.
Se dice que detrás del Muro, allá en las heladas tierras que no forman parte civilizada, se mueven criaturas (básicamente nombradas porque nadie se atreve a describirlas) que le helarían la sangre a cualquiera. Pero nosotros sabemos sus características.
Estos seres son, MÁS o menos, lo que nosotros en nuestro mundo conoceríamos como zombis.
Nosotros mataríamos a nuestras criaturas rompiéndoles en cuello o disparándoles en la cabeza (según la más popular de las teorías).
Pero ellos y sus Caminantes blancos la tienen más difícil. Y es que ni los pertenecientes a la Guardia de la noche, que vigila el Muro, saben cómo enfrentarse a ellos.
Jon, el bastardo del señor de Invernalia (Winterfell), tiene en los libros el primer encuentro directo y de ojos abiertos con una de esas criaturas. Que como muchas otras cosas, descubre, sucumben ante un poderoso elemento. El fuego.
Pero de otra forma no es fácil deshacerse de un Caminante, porque no importa que cortes cualquier parte de su cuerpo, siempre seguirá moviéndose, a menos que utilices el fuego.
Los Otros tienen hielo malvado en el cuerpo. Son, al parecer, gente muerta que mata gente viva, pero ya no son los que eran. Matan y tienen un objetivo específico en su avance hacia el Muro. Son mortíferos. Cualquier inocente que se cruce en su camino tiene una muerte asegurada.
Y allá donde todo el mundo se preocupa por llegar a ser rey o tomar venganza por familia y amores muertos, nadie presta atención al idóneo lema de la casa Stark: El invierno se acerca.
Porque aunque no se refiera directamente a ello, no hay duda de que le queda perfecto.
Un invierno como los de ese mundo es cosa peligrosa, implantan tiempos difíciles, oscuros y, lógicamente, helados.
Pero estoy seguro que para quienes no escuchan, y se creen demasiado inteligentes como para creer en leyendas, las cosas no irán bien.
Y la verdad, parece que a todos les hace falta un buen escarmiento de cordura.
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